Thursday, October 26, 2006




Monólogo del ciego



Heme aquí, bajo las espinas de las rosas, tratando de mirar al cielo resplandeciente que me ciega allá arriba, impávido y sin misericordia.

¿Yo? ¿Quien soy?, pues me presento mi nombre es… no vale la pena decirlo, a nadie le interesa.

Todos me rehuyen, o al menos eso creo, no se porque pero cada vez que trato de conversar con alguien siento que me mienten, que no me escuchan…que nadie me entiende…por eso es mejor estar aquí, atado entre las espinas, que me hieren, recordándome cada minuto, cada segundo, que todos me repudian y que no me escuchan.

Tengo una espina en el oído, una que me clava y no me deja oír todo con claridad, escucho las cosas a medias… ¿Qué cosas?, escucho consejos…o al menos eso parecen. Algunos de esos consejos me reprochan, otros me acompañan, pero no logro entenderlo, no logro asimilarlo.

Me siento solo, creo que las espinas de estas rosas crecen cada vez mas y ya casi no veo nada…curioso, primero cegado por el sol, ahora ciego por las espinas.

Deja acomodarme dolor insano, que viviré aquí por mucho tiempo, mi cuerpo agotado no quiere mas lucha, me cansé de seguir moviéndome sin resultados entre las espinas de los irónicos rosales.

Es irónico pero tú rosa roja, tan bella y tan suave me miras cínicamente, mientras el suave rocío de la mañana te baña en un elixir de vida incontenible.

No me mires que me duele, no me roces que mis heridas sangran. Déjame con mi alma, ¿alma?, alma mía eres lo único que tenía…. ¿donde estás alma mía?, ¿cuando olvidaste a tu dueño y te fuiste a bailar con las estrellas en el cielo?, no me dejes solo aquí en la oscuridad infinita, no me abandones cuando más te necesito…alma…rosa….espinas dolorosas.


Soy un hombre que yace sin alma, sin nadie…esta noche estoy mas solo que nunca.

¡OH! Te veo alma mía, estás junto a la luna sonriéndome, extendiéndome tu suave mano, invitándome a bailar con las estrellas.
Extiendo mi mano, las espinas me lo impiden, pero el dolor ya es común en mí.

Insisto, extiendo mi mano y siento el suave frío nocturno, por fin siento un olor, es el olor de mi sangre, pero ahora es un olor agradable ya que es mi sangre…mi vida.



A dalla...

Monday, October 02, 2006




Carta al Desinteresado

Hay veces en que tu logras hacerme sentir como en las nubes, no puedo explicarlo pero cada palabra tuya resuena como una nota en mi cabeza. Sé que no sientes lo mismo por mí, ya que eres una persona totalmente centrada en lo que hace para beneficio propio y quizás para los más cercanos a ti. No te culpo de nada ya que no soy nada para ti. Hay días en los que desearia despertarme y saber que tú piensas en mi, a veces imagino mas cosas de las que debería pero bueno, esa es mi imaginación; una imaginacion que no tiene limites y que en determinado momento me hace sentir bien, creyendo cosas que no son y que quizás nunca serán. No digo que estoy perdiendo mi juicio de realidad, porque realmente no es así…entiendelo, soy mujer. Nosotras a veces deseamos mucho más de lo que podemos tener y eso nos sume en un mar de desesperación y frustración.

Como me gustaría tomar tu mano y sentir tu calor en mi palma, caminar bajo los árboles que tantas veces he imaginado caminar junto a ti, conversar sobre los temas que tenemos en común o incluso mas simple que eso…disfrutar el silencio. Estas son cosas que nunca sabrás y que jamás entenderás el porqué las estoy escribiendo.

Te considero una persona, sabia, racional y tierna. Por otro lado eres terco, antipatico y egocentrico. Tienes cosas que siempre he detestado pero no se porqué estas no me causan molestia alguna…estoy enamorada de ti y quiero que algun día lo sepas… pero esta carta nunca llegará a tus manos…eso lo se y lo asumo…sé que nunca te lo diré y asi con dolor observaré el día en que sepa que otra te acompaña… lo asumire con la frente en alto ya que no soy digna de tu cariño ni nada. No lo digo porque seas superior, lo digo porque simplemente no entro en tus estandares de busqueda… porque no soy mas que una amiga y ahí me quedaré siempre.

Palabras de tristeza pueden ser, pero no busco que me compadezcan ni menos que me entiendan, asi como tampoco busco que me digan que estoy equivocada…¡dejenme ser!... es como yo pienso, es lo que siento.

Llegará el día en que otra persona ocupe tu lugar en mi corazón, quizás cuando vea esta carta la encuentre absurda, pero tu recuerdo siempre estará en mí.

Lamento ser cobarde…lo admito, lo soy… no soy ruda, ni jugada por mis cosas, y este quizas es mi mayor error…pero nunca lo sabrás…simplemente porque no puedo decirtelo, porque dentro de mí, ese sexto sentido me dice que no es tiempo, ni nunca lo será…triste… sin duda…será.