Saturday, June 23, 2007


Y no nevó

Esperaba una mínima señal ante tal gélido día, el frío me helaba los huesos bajo la parada del autobus. Con el frío olvidé que mi corazón tenía que latir para seguir con vida, olvidé tu cumpleaños, olvidé estupidamente el mio. Me cubrí bajo mi paraguas barato, esperando que algun copo se asomara frente a mis ojos, pero nunca pasó, solo sentí frio. Era similar a esa vez que nuestras miradas se cruzaron en aquella reunion familiar, tan frías, como si no hubiese ocurrido nada entre nosotros, algo así como si una amnesia aterradora se apoderara de tí y de mí, destruyéndonos, alejándonos, olvidándonos.

¿te acuerdas ese día de lluvia cuando golpeaste mi puerta y llorabas lamentandote por aquellos errores que para tí eran grandes?, lucías como un niño sin madre, sin cobija, sin nadie. Esa vez solo pude abrazarte, aconsejarte y terminar con un "esto quedará entre nosotros". Pasaron los días y no me hablaste, al parecer la verguenza te impedía cualquier contacto conmigo, no me importó ya que no podía hacer otra cosa más que entenderte.
Y siguieron pasando los días, hasta que un día nuevamente golpeaste mi puerta, pero esa vez venías con un ramo de flores, ¿recuerdas mi rostro de sorpresa?, tu reíste suavemente un poco sonrojado. Yo me escondí tras la puerta escondiendo aquella ropa que no era digna de tus ojos, solo te limitaste a entrar, dejar el ramo en la mesa y besar estos labios que hasta ese entonces no tenían dueño... como olvidar aquellos tiempos de primavera.

Pero ahora estoy aquí, en el mismo lugar donde nos conocimos tan magicamente, la diferencia es que ahora ya no espero que estés en la esquina esperándome con esa sonrisa tan cálida, te fuiste y me olvidaste... supongo que es lo mejor para tí, porque para mí no lo es, ni lo será.

Ahí viene mi bus, miro al cielo y compruebo nuevamente que este día no nevó.

Wednesday, June 20, 2007




Salió de su trabajo decidida, pasó por la famacia a comprarse la caja de anticonceptivos que necesitaba, compró pan, comida para el gato, siguió caminando y se miró en uno de los vidrios del metro, sonrió sintió la fuerza de un león recorriendo sus venas. Tomó la micro local, se bajó, miró a los niños jugar y siguió caminando rumbo a su pequeño apartamento. Al llegar, se sacó la ropa de trabajo, se puso sus zapatillas, su buzo, hizo aseo, prendió la estufa, pasó la aspiradora y hasta alcanzó a ver las noticias. Tomó una rica once junto a su gato, la estufa y su jarrón de café. Se levantó de su asiento prendió el computador, se conectó a los 400MB que tiene, abrió el mail, apreto en "nuevo", ingresó la dirección del destinatario, y virtió toda su fuerza en un dedicado, barroco y quizás hermoso mail. Al terminar, puso la mano sobre el mouse, lo dirigió al botón "Enviar", miró al suelo, fue al baño, hizo pipí , tomó un vaso de agua y se volvió a sentar frente al computador.
Se transformó en un ratón, apretó cancelar, cerrar sesión, apagó el computador, se puso el pijama y se durmió.

...quizás mañana le diga que le gusta.



Sunday, June 17, 2007


El Viajero

El otro día me encontré con un viajero que venía caminando, lucía zapatos gastados, un abrigo roído por el tiempo y un sombrero negro con una gran pluma blanca que tapaba parte de sus ojos. Llevaba en su mano izquierda una maleta igual de gastada que todo lo demás. Lo observé algunos instantes y noté que el me devolvió la mirada dulcemente, se acercó a mí y se sentó en el cesped conmigo. Sacó un cigarro de su bolsillo y lo encendió lentamente, aspiró y luego formó algunos anillos con el humo que botó. Yo lo seguía mirando en silencio, un poco confusa. Al cabo de un rato el viejo me dijo:
- Lindo día ¿no?
- Si, es un bello día - le dije mirando un árbol bañado en rocío matutino.
- Soy un viajero que no tiene destino en este inmenso mundo, vago entre sueños e imaginación, mi destino siempre es incierto y mi vida no se reduce a nada más que caminar y caminar. He visto a mucha gente pasar por mi vida, amigos perdidos, gente más extraña que yo, pero al final siempre logro llegar al mismo lugar. Cuando llego, siempre veo los mismos rostros, un poco gastados ya, pero siguen ahí haciendome recordar que parte de mí estuvo en ellos en un tiempo determinado - Noté que su rostro se iluminaba por segundos y continuó - En una de mis tantas paradas, conocí a una chica como tú, ella tenía cabellera larga, ojos soñadores y sonrisa única. Ella me saludó y sin despreciar mi forma de vestir, me acogió en su hogar, me dió de comer y una cobija bajo la fria noche. No recuerdo con certeza cuanto tiempo estuve ahí, caí inevitablemente en un tipo de almibar muy azucarado, espeso y armonioso. Me sentí feliz por ese instante, ella siempre me sonreía cada vez que me veía...yo también a ella.
Un día, bajo el atardecer caminamos al mar juntos, ella se adelantó y miró admirándose de las estrellas que ya empezaban a cubrirnos... - Aquel hombre seguía ensimismado en la conversación, mientras yo cada vez me iba interesando en su relato.
- ¿y que ocurrió? - le dije pasándole un pedazo de pan que llevaba en mi canasta.
Tomó el pedazo de pan agradeciendome con una suave reverencia y me continuó - Pues,miré las estrellas también y sentí que salía de aquel ensueño, descubrí que no tenía un rumbo fijo, la miré a ella con los ojos llenos de lágrimas. Ella lo notó y me preguntó que pasaba, le dije que me sentía mal, que sentía que dentro de aquel ensueño junto a ella nada cuadraba, que había algo que estaba mal.
Empezé a sentir miedo, evité que me abrazara, más aún que me viera en aquel deplorable estado.Me había convertido en el mismo cobarde de siempre, aquel que huye de su destino y que no quiere anclar su vida junto a alguien, ni menos mostrarse como realmente es. Ella lloró y me dijo que si me iba a poner bien... no le respondí. Ella escribió dos palabras en la arena, miró a las estrellas y se marchó de mi lado, dejándome ahí, nuevamente con frio, miedo y sin un rumbo.

- ¿Y qué decían esas palabras? - Pregunté ya bastante curiosa. Él sonrió tristemente y me dijo
- "Te extraño" - terminó su cigarró y me miró fijamente - ¿y sabes que fue lo que hice? - Negue con mi cabeza y me dijjo - Fui a su casa, ella no estaba, seguramente no quería verme partir, tomé mis cosas y me marché de aquel lugar.

"...Traté de volver, pero no encontré su casa, no encontré recuerdo alguno, desde ese día tengo quizás una meta, quizás inalcanzable, quizás no, pero cueste lo que cueste, trataré de encontrar a aquella mujer que me hizo sentir bien, que hizo que mi corazón volviera a latir con aquella intensidad que creí perdida en algún viaje de este humilde viajero sin rumbo, sin hogar ni techo, aquel que vive en las nubes y se cierra cuando ve la más minima esperanza aparecer frente a sus ojos..."

Bajé mi mirada y cruzé mis manos - Si ella realmente lo quiere, lo estará esperando, sea donde sea, ella estará siempre ahí, cuando usted realmente quiera verla y aceptarla de todo corazón - Noté la mirada del hombre sobre mí pero continué - Quizás aún tiene miedo de aceptar la verdad -.
-¿y cual sería esa? - me preguntó un poco estupefacto.
- que usted tiene miedo de ser atado, miedo de perder muchas cosas que en realidad no son concretas, miedo a perder sueños que están inconclusos y que son efímeros. Quizás solo si usted quisiera, podría estar viviendo tranquilamente junto a ella en un hogar azucarado, y lo que es realmente importante, feliz de haber elegido bien. - Guardó silencio, se levantó, se puso su gorro y me regaló la pluma de aquel diciendome.
- Aqui tienes la pluma de aquel pájaro descarriado, ahora debo seguir mi viaje, en busca de ella...pero ahora será en serio - Le sonreí tiernamente y le dí la mano despidiendome.
- Quizás nos veamos algún día de nuevo - El asintió con una sonrisa, cogió su maleta y desapareció rápidamente entre el bosque.


Quien sabe que ocurrió, que ocurrirá y que pasará con él. Lo que sí sé es que lo esperaré aquí sentada, hasta que algún día aparezca frente a mis ojos y se dé cuenta que he estado con él siempre, escuchando nuestra historia una y otra vez...y que no me canso de aquello.

Friday, June 15, 2007


http://loganx78.deviantart.com/

Deseos Utópicos

Anoche me subí a mi bote, ese bote que siempre me arrepiento de tomar, lo tomé y empezé a remar con fuerza, busqué la luna y no apareció, solo está el sol que me quema con sus rayos, como si se vengara de mí.

Cuando la noche llega, mi luna no está, solo veo las estrellas que buscan desaparecer luego, alguna que otra nube me saluda en el cielo, pero se disuelven rápido. Sigo remando, tratando de llegar a un lugar desconocido...por primera vez lo anhelo, pero la luna no está ahi para apoyarme. Continúo mi loca travesía pero las olas me impiden avanzar, una ola en particular tenía un misterioso aroma a jazmín, ese aroma que me idiotiza y me deja perpleja por algunos segundos, trato de surcar las olas con mis remos ya malgastados por la acumulación de sal, pero antes de analizar la situación otra ola me cubre entera y me hace recordar que debería estar en la orilla...pero yo no quiero, mi luna aún no sale...y la estoy esperando.

Pasan las noches y mi bote yace tranquilo en la inmensidad del mar, me acuesto en él un poco triste y con frio, miro al cielo y las estrellas se están riendo de mí, al notar esto me levanto molesta y empiezo a remar nuevamente. Continúo remando con fuerza, mis brazos se desgarran, me duelen pero solo intento alejarme de aquellas estrellas burlonas.

Al llegar el día miro al Sol, hoy tiene algo extraño, algo lo acompaña, observo un poco encandilada y porfin noto que allá está ella, y la veo por primera vez, mi luna, mi luna querida.

Sigo remando y porfin mi bote toca tierra, me bajo de él con las piernas entumecidas, me siento en la arena de la playa, apoyo mi cabeza en mis rodillas y observo la luna con cierta emoción. Cierro mis ojos y me quedo dormida, al abrirlos de nuevo siento su cálido abrazo, su cabeza se apoya en mi hombro...se quedó dormido a mi lado, le acaricio el cabello y sonrio, le doy un beso en su mejilla y me quedo observando el mar, la luna está bailando con las estrellas y el sol sonriente ya duerme bajo las montañas.

Mientras tanto yo me quedo con él y no pensamos en nada más que acompañarnos hasta quien sabe cuando, no me importa, solo quiero ser feliz con esa persona.