Thursday, March 22, 2007





Él y Ella

Él la conoció a ella por casualidad.
Ella lo conoció a él por casualidad.
Un día soleado.
Un dia apagado.

Él no comprendía porque ella se le hacia intesesante.
Ella no comprendía porque él se le hacia interesante.
Al mirarla.
Al mirarlo.
Al hablarle ella.
Al hablarle a él.

Ninguno de los dos comprendía.
el porque de aquella cercanía.
e inexplicable atracción aquel día.

Él no quería amar más.
Ella no quería sentirse nunca más frustrada.
Él cerró una puerta que juró no abrir.
Ella cambió la hoja de su libro y olvidó.

Él trataba de justificarse.
Ella trataba de ocuparse.
Pero al final, siempre, inevitablemente.
Como la puesta del sol.
Sus miradas se juntaban nuevamente.
Y por segundos.
Sólo segundos.
Eran felices.
Segundos en los que nunca se tocaron.
Segundos en los que nunca se dijieron las cosas que sentian.
Segundos en donde nunca se besaron.
Segundos casi inexistentes.

Así pasó un año.
Hasta que se encontraron por casualidad.
Él la miró y sonrió.
Ella lo miró y sonrió.
Él la invitó a un café.
Ella aceptó.

Y se sentaron en la mesita de madera.
Bajo un árbol que ya empezaba a despedirse.
De su hermosa primavera.
Él bebió un café fuerte y cálido.
Ella bebió un té refinado y suave.
Y sus miradas se juntaron nuevamente.
Por segundos.
Y separaron la vista al mismo tiempo.

Él le contó sobre sus deseos.
Sin entender porqué lo hacía.
Ella le contó su vida.
Sin entender porqué lo hacía.
Él le contó sus penas.
Sin entender porqué lo hacía.
Ella le contó sus angustias.
Sin entender porqué lo hacía.

Él se sintió a gusto.
Ella se sintió a gusto.
Él sintió la felicidad olvidada en él.
Ella sintió el consuelo que nunca sintió.

Él pagó la cuenta.
Ella lo esperó.
Él le dio las gracias.
Ella lo abrazó.
Él no entendía.
Ella tampoco.

Se separaron.
Prometiendo volver a verse.
Él le dió un beso en la mejilla.
Ella lo abrazó como nunca antes.

Él fué feliz con ella.
Ella fue feliz con él.
Pero los dos tienen miedo.
De admitir.
Que esa felicidad.
Es la que andan buscando.

Y Él juró no volver a abrir esa puerta.
Y ella Cambió la hoja de su libro.

Y un día bajo las hojas de Otoño.
Admitieron porfin.
Que eran uno.
Pero a la vez.
No eran lo mismo.
Y apesar de eso.
Eran felices.
Juntos.
Bajo las Hojas de Otoño.


Saturday, March 17, 2007


Texto antiguo que pillé en mi carpeta de textos llenos de polvo.




Sucede que...

Sucede que un día me desperté con ganas, con ganas de escuchar a mi corazón cuando latía por esa persona. Cerré mis ojitos y escuché atentamente como este latía sin cesar, tan solo al pensar en él. Me pregunté si quizás eran esos días en donde amamos más que de costumbre, Respuesta: quizás, pero no lo quería creer. Mantuve mis ojos cerrados y pensé si esa persona sentía lo mismo por mí, en ese preciso momento, en ese instante maravilloso, y debo admitir que sentí como una alegría infinita me invadía.

Pero abrí mis ojos y miré a mi alrededor, estaba sola, en esta pieza llena de recuerdos y libros abandonados, tu calor se había ido y me sentí sola. Pensé en tí todos los meses, hasta que finalmente, despues de un año, eras como un recuerdo bajo una piedra, algo que olvidé para no sufrir más.

Amor en vano, amor lejano.

Pasó un año y te ví bajo aquel árbol misterioso en donde nos juntábamos, estabas empapado con la lluvia que caía sin misericordia, tus ojos estaban llenos de lágrimas y deseos inconclusos, me miraste con esa tierna sonrisa (aquella sonrisa que estoy segura que solo yo amo), y me sentí como aquella chica que escuchaba su corazón con los ojos cerrados, olvidé todo lo ocurrido, y mi corazón comprendió por fin, que tú eras el único a quien realmente quise y que, a pesar de todo, siempre estuviste ahí escondido pero ahora ya no me averguenzo de sacarte de aquel lugar y mostrarme como realmente soy.

Saturday, March 10, 2007

http://heida.deviantart.com/


Poema del Ángel

No sé que siento
No sé que miro
No sé si veo
No sé siquiera si estoy con vida
No puedo ver mis manos
No siento mi alma en mi cuerpo
Sigo cayendo con rapidez

Toco el suelo frio
Se siente en mi mejilla
Mientras la suave brisa moja mi cabello
No me miren que no quiero
Dejenme en paz aqui

Miro el cielo y lo veo como siempre
Triste y vacío
Pero ahora algo distingo
Es una mano palida como el papel
Se extiende
La tomo sin saber porqué
Y por fin entiendo
Siento que vuelo entre las nubes
Y porfin estoy
En los cálidos brazos de mi amado Ángel



Un texto que le dediqué a Camila en mi deviant...quizás no es mucho pero en ese momento me inspiré...saludos :)